Entre tantas cosas que podría elegir ser encontré esta, quizá no sea la opción más óptima pero era la que se me presentó en el momento. Tampoco nadie me enseñó una perspectiva distinta de lo que era ser, así que con mis mínimos conocimientos en la vida elegí ser un globo aerostático.
Mi sueño era poder recorrer el mundo volando, así que no había nada mejor... Bueno, quizá sí si fuera un avión o un helicóptero pero no disponía de los medios para alcanzar tal velocidad. Y mucho menos pensar en ser una nave, eso estaba a un nivel inalcanzable para mi mundo.
Era un joven globo cuando empezaron a cargarme con sacos de arena y personas más grandes de las que podía soportar, así que no echaba el vuelo.
Se quejaban, pataleaban, gritaban y gruñían. ¿Por qué no es capaz de despegarse del suelo y flotar? ¡Es inútil! ¡No funciona!
Olvidaban (incluso yo lo olvidé por mucho tiempo) que sí podía hacerlo, salvo que tanta presión me hacía inservible y así es como me sentía. De hecho a día de hoy aún me siento un poco así. Sobrecargado.
Los globos aerostáticos con una enorme carga no pueden sobrevolar los cielos y hacer disfrutar con ellos a las personas con las que viajan, pero no les conviene reconocer que es su culpa y no del globo, ¿no?
Espero volver a subir tan alto como alguna vez lo hice. ¿Y tú, también eres un globo?