Esto no es nada más ni nada
menos que la realidad más absoluta que estamos viviendo, y es que ya no es que haya movilizaciones para reivindicar los valores morales, la ética o la integridad,
sino que es más como una muchedumbre enfurecida porque hay cientos de miles de
cosas que no se pueden cambiar y eso les frustra muchísimo.
Así que hoy os voy a hablar
del fenómeno Potterhead y de su autora, Johanne Kathleen Rowling.
No es nada nuevo que la señora lleva promoviendo la discriminación a las personas transgénero desde hace unos
cuantos años, y también es cierto que ha dejado resquicios de su intolerancia a otros seres humanos en su libros, y en consiguiente en toda la saga de Harry Potter, pero esto, a
diferencia de lo que nos quieren hacer creer, no es algo anormal. No me
malinterpretéis, me refiero a que su obra esté impregnada de sus ideales, por
muy dañiños o intolerables que nos parezcan, es legítimo, porque parte de que
es su propia idea. Yo no soy partidaria de acabar censurando historias o
quemando libros porque no son afines a mi forma de pensar, claro que se pueden
criticar y rebatir, pero cada autor debe ser libre de expresar lo que siente
porque para eso tenemos la libertad de escribir.
Tampoco creo que sea justo, ya
no hacerle boicot a la propia Rowling, porque al fin y al cabo, ella ya ha
ganado todo el dinero y la influencia para tener una vida cómoda y sin
preocupaciones. Lo que verdaderamente me preocupa es que se haya atacado al
mundo que ella ha creado, ya no sólo porque ella lo haya creado, a fin de
cuentas, Rowling no es una diosa, cuando tú dejas volar tu obra, ésta, por
mucho que tú la hayas escrito, ya no es cien por cien tuya, está libre de
interpretación y cada persona que la lea, aunque hayan muchas cosas comunes, le
va a dar su visión propia.
Harry Potter es una historia
con la que todas las personas que nos hemos sentido solas alguna vez, que somos
muchas, nos podemos sentir identificadas, y esto, en gran parte, las hace nuestras,
porque al empatizar proyectamos nuestras emociones y pensamientos en la obra, y
la influenciamos de nosotros, la impregnamos de nuestras vivencias, y ahí JK ya
no tiene nada que hacer.
Sé que es muy difícil separar
autor de obra cuando el autor no es un modelo idílico a seguir, y que es más
fácil renegar de un pasado del que nos sentimos profundamente avergonzados
porque al crecer y salir del universo ficticio en el que éramos felices nos dimos de bruces con una verdad horrible. Aún así creo que tiene más valor el aceptar que hemos sido parte de eso, que si nos agrada el lugar podemos
volver sin ningún reproche, y que es aceptable arrebatarle a Rowling su obra, porque las historias son modificables, no son totalmente propias del autor, y porque no sería justo que nos arrebatara algo tan valioso como nuestra infancia.