Apareci贸 de la nada y me sobresalt贸. Su fino manto le descubr铆a partes de su cuerpo, pisaba el suelo de forma dispersa, como si ya hubiera caminado m谩s pasos de los que nadie se hab铆a alcanzado caminar. La luz de la ventana descubr铆a una t煤nica rasgada por el tiempo que dejaba a la imaginaci贸n lo que se ocultaba debajo.
—Pens茅 que nunca llegar铆as.
—Sabes que tarde o temprano debo recogeros a todos.
Agarr贸 el viejo sill贸n que se situaba junto a la c贸moda y lo coloc贸 junto a la cama, se retir贸 la capucha y una especie de escalofr铆o recorri贸 mi cuerpo, no hab铆a suficientes jerseys de lana de la abuela Clarice en el mundo que pudieran quitarte ese fr铆o.
—¿Hab铆a mucho tr谩fico? —pregunt茅 a modo de burla.
—Lo normal.. ya sabes c贸mo funcionan estas cosas, hay d铆as que la lista es m谩s larga que otros.
El viento coloc贸 una nube por delante de la luna y volvi贸 la completa oscuridad. Intentaba que no se notara la inquietud que pesaba sobre m铆, no era la primera vez que ven铆a pero esta vez parec铆a la definitiva, y eso que hab铆a intentado despistarla todas y cada una de las veces pero cada d铆a que pasaba era mucho m谩s dif铆cil hacerla marchar.
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