Pensaba que no era importante. Observaba con detenimiento su alrededor, veía ropajes que no podía vestir, comida que no podía degustar, una vida que no podía poseer. Su bajo estatus social la reducía a una vida de simpleza y mediocridad.
No sabía leer, ni apenas escribir. La escolarización parecía algo tan lejano para una persona como ella. El sueldo de sus padres se perdía entre tantos hermanos. El pequeño recibía una gran cantidad de atención, el mayor una gran cantidad de elogios por su enorme ayuda a la familia, mientras tanto, ella, en el medio, pasaba lo suficiente inadvertida como para que mamá a veces olvidara su nombre o incluso la confundiera con otro de sus hermanos.
Deseaba con todas sus fuerzas tener algo mejor, estaba segura de que podía alcanzarlo, porque ¿qué eres si no tienes nada? Pues eso, ¿no? Nada. Una insignificante mota de polvo en el universo. Una persona carente de valor porque todos sabemos que cuanto más tienes más vales.
Así que hizo todo lo posible por ascender. Se alejó de su familia a muy temprana edad, trabajó, se casó con una persona de fortuna, se relacionó con los amigos de esta y vivió muchos años rodeada de lujos pero.. No logró alcanzar la felicidad.
Quizá el dinero ayude pero si es cierto que hay cosas que son reales, que contienen un valor.. que el dinero no puede ofrecer. Ella perdió no sólo su tiempo buscando algo que no logró hallar, si no también otras muchas cosas que día a día están a nuestro alcance y no disfrutamos por envidiar lo que otros tienen.
Ilustraciones de: Marija Tiurina.
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