jueves, 24 de septiembre de 2020

PRIDE

La verdad es que este pecado tiene dos caras, es como una moneda, como un personaje de DC, como una discusión. 

Por un lado, la satisfacción, la atención, la glorificación que sentimos al cumplir un objetivo, un sueño, una dificultad. Nos llena profundamente de: orgullo. Y no es algo malo si no se cruza la línea de la soberbia. Nos hace sentirnos realizados, parte de algo más grande, importantes.. y eso está bien. 

Pero por otro, existe el gemelo malvado, el ignorado, el problemático, el Hugo de nuestro Bart. El que es capaz de reparar parejas, amistades e incluso familias enteras.

Un monstruo de dimensiones titánicas al que hemos tenido que batallar alguna vez. 
Aunque es un pequeño parásito podemos verlo de diferentes formas. Se mueve con distintos ritmos y pocos son capaces de enfrentarse a él sin la más mínima protección. La sobreestimación propia, la necesidad de obtener la razón máxima y la invalidación del resto son los síntomas más graves que puede llegar a causar en los seres humanos.

A veces olvidamos que hay virus en nuestra conducta que son más peligrosos que el COVID-19. 



Ilustraciones de: Marija Tiurina.


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