Había tenido que pasar su juventud huyendo del hambre y la guerra. ¿Su compañía? La ausencia de su familia, el dolor de la pérdida y el frío de la noche.
Golpeó la mesa con el puño, hacía un contraste entre el color de su piel con el tapizado. Miró a Jack y no pudo evitar escupirle con toda ferocidad.
No podía creer que tuviera ante él al monstruo que le había destrozado la vida. Parecía uno de esos blanquitos que sólo con mirarte ya insinuaban que eran superiores a ti, pero ese blanquito no era un blanquito corriente, ese blanquito había asesinado a sus padres a sangre fría.
Daren se fijó en su americana verde, en ella colgaban tres medallas conmemorativas por todas las muertes que había causado. A este cerdo lo han elevado como a un héroe mientras que a mí me han metido en una jaula, como un animal, por querer ser libre.
Sus ojos se tornaron blancos y la venganza se cambió de bando. Había pasado por tanto que ya no tenía miedo de nada, ni de nadie. Así que con la velocidad de un rayo intentó arrebatarle la pistola de encima pero no pudo ser tan rápido.
Cuando quiso darse cuenta, Daren tenía un agujero en la cabeza. Observó a su asesino y pensó en lo curioso que era que alguien pudiera carecer de corazón.
Sintió lástima, porque él pudo marchar libre de ira, mientras su enemigo viviría impregnado de ella por siempre.
Ilustraciones de: Marija Tiurina.
me gustó mucho el relato y especialmente la frase del final que funciona como plot twist. Además de que se siente harta emoción a pesar de que el escrito es corto
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog, te sigo
un beso!
Hola Tamine, me alegra mucho que me hayas seguido y sobretodo que te haya gustado el texto, me hace muy feliz :) Espero verte más por aquí, un beso enorme <3
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